OViedin

Si ya lo dijo Melen, qué tío más grande… ¡más asturiana me siento!

Me toca la moral esa gente que categóricamente afirma que, por vivir en Madrid, no soy asturiana. Son envidiosos… creo yo. Pero vamos, que no son pocos los que lo dicen.

En mi DNI figura:
Nacida en: Oviedo
Provincia: Asturias

Meridiano. Soy carbayona. Y, además, es que me siento muy orgullosa de serlo. Tengo la gran suerte de ir a Asturias, al menos, todos los veranos. Y también de haberme casado con un asturiano de adopción (por su familia, él nació en Murcia). Y esa sensación que va subiendo por el pecho y llega hasta la garganta cuando paso El Negrón, es orgullo. Orgullosa de ser de allí, de pertenecer a esa tierra, de tener sangre astur como mi madre, mi abuelo, mis bisabuelos…

Que conste que no reniego de Madrid. He pasado toda mi vida aquí y, desde luego, me siento como en casa. Pero el madrileño no tiene esa sensación de pertenencia, sino de anonimato, de ser uno más en una gran ciudad donde son muy pocos los gatos, gatos.

No tengo la suerte de haber vivido en Asturias, al menos por ahora. Pero no me siento por ello asturiana de segunda. Paseo por Oviedo y me quedo embriagada, ¡cómo puede haber una ciudad tan bonita! Pero no sólo Oviedo, mi Luanco del alma me parece el mejor lugar del mundo para veranear (Luanquín y su gente se merecen post a parte). En Puerto de Vega me siento feliz, con ganas de tirarme a la calle, pasear por sus prados, observar a su gente… En definitiva, me flipa mi tierra.

Lo escribo y me sabe la boca a cachopo, a helado de HHH, me huele el aire a mar, noto la humedad, el carácter norteño, el orbayo me cala, oigo las olas de fondo, me sirvo un culín…

No he ido nunca a Barcelona, lo reconozco, tengo delito. Pero si ahora mismo me dan a elegir entre conocer Barcelona o volver a Asturias, lo tendría clarinete.